Por: Raúl Armenta Asencio
Íker Vicente, es uno de los pocos artistas que han sabido combinar distintas disciplinas para crear sus exposiciones.
Ahora,en el marco del 8 Festival Internacional de Títeres de Guadalajara, este artista mexicano llega a Guadalajara con su exposición Correrías sin prisa, en la que nos presenta cuatro pistas con dos personajes que el espectador debe accionar para que comiencen a moverse.
Correrías sin prisa ya se había expuesto en el Museo del Chopo, en la Ciudad de México, y mostraba una configuración diferente, aunque la esencia de la muestra que vemos en nuestra ciudad es la misma, que el espectador sea activo.
A propósito de esto, hablamos con Íker Vicente, quien cuenta con una beca del Sistema Nacional de Creadores del FONCA.
¿Qué me puedes contar sobre esta exposición, Correrías sin prisa?
Es la continuación de una investigación que estaba haciendo desde hace un tiempo, que involucra al movimiento. Hubo un momento en el que me di cuenta que lo que me interesaba era trabajar con el movimiento, porque siempre había trabajado con dibujo, y fue ahí cuando se cuajaron varias cosas entre el movimiento y la participación del espectador.
Por puro carácter y referencias mías entraron las tecnologías viejas, creo que es muy basto todo lo que puedes encontrar en las cosas, las máquinas simples y con la pura experimentación física con los materiales. No paso de esto, aunque a veces he trabajado con algo de electricidad.
Esto es como cuando era chico y veía las caricaturas e historietas: construir historias pero sin hacer cine, pelearte con los presupuestos gigantes y extras. Me interesa ver cómo puedes incluír al espectador, sobre todo con una lógica como esta. El público le va marcando el ritmo a la acción.
¿Cómo surge este interés en el movimiento y las tecnologías rudimentarias?
Un poco para continuar con las cosas con las que jugaba de niño, cuando tenías un montón de intereses y que ninguno cuadra. El problema con esto llega cuando hay que cuadrar lo que te gusta con las carreras.
Cuando tenía clase de física en la secundaria me emocionaba mucho, pero resultó que no tenía nada que ver con la experiencia, con los experimentos que me encontraba en los libros de los ’60 y ’70. Era algo que estaba ahí, y cuando decidí estudiar arte, dejé todo esto.
De repente, desde el dibujo y artistas como Alexander Calder y otros que trabajan con una noción expandida de la escultura, retomé estas ideas.
La exposición fue ideada para el Museo del Chopo, ¿cómo fue adaptarla para este espacio?
Fue algo muy interesante, porque mucho de lo que es esta exposición es gracias a el Chopo. Ahí me invitaron a proponer algo en una de las salas más altas, y tiene una estructura de fierro que estaba muy presente. Creía que tenía que jugar con el espacio para que las esculturas no quedaran en segundo plano; había que jugar con las estructuras, el metal, la madera, lanzar cosas para arriba, etcétera.
Ahí puse una disposición que era algo más irregular, y las manivelas estaban afuera. Cuando aquí me mandaron la disposición del espacio me pregunté qué hacer. Al final, nomas traje cuatro pistas de las seis que eran originalmente; además, decidimos meter las manivelas, con lo que se integra todo el tiempo la relación entre la persona viva y el mono muerto. Se crea una relación que me parece interesante.
¿Cuál es el interés detrás de que los espectadores muevan a los personajes?
Que la obra se complete con el espectador, que sea una presencia evidentemente activa.
Además de con exposiciones como esta, ¿cómo hacer que el espectador se involucre de manera más activa?
Eso es cosa de cada artista, esto es lo que yo propongo. Siempre es importante que haya una cercanía desde la escuela y desde que eres niño.
Algo más que quieras agregar…
Ha sido muy agradable trabajar aquí con Luna Morena porque es gente que le gusta lo que hace y que son muy generosos. Además, me gusta mucho ese punto medio que crearon entre disciplinas: en teatro jugar a las artes plásticas, y en artes plásticas jugar al teatro.
La exposición, Correrías sin prisa, de Íker Vicente, se puede visitar hasta el domingo 25 de octubre en el Foro Periplo, ubicado en Prisciliano Sánchez #790, a una cuadra del Expiatorio. El horario es de 12:00 del medio día a 20:00 horas. La entrada es libre.
CAILEGDL 